Otros

Al llegar a su destino la señora McCahen y su esposo, vieron llegar a una pareja que ella conocía. Sin embargo, esto no pudo ser posible.

Las apariciones precognitivas son raras, y cuando suceden pocas veces son compartidas. Pero eso es lo que les ocurrió a Paul McCahen y su esposa, de Inglewood, California, al anochecer del 4 de septiembre de 1956. Habían llegado ese día temprano al Gran Cañón, y al oscurecer vieron a una mujer, acompañada por un hombre y un muchacho que llevaba el equipaje, entrar a la cabaña contigua. La señora McCahen se sorprendió al reconocer a la mujer, una tal señora Nash con la que había coincidió un año antes como miembro de un jurado. Se lo dijo a su marido, y también que al señor Nash le faltaba un brazo. Suponiendo que la señora Nash estaría cansada del viaje, la señora McCahen decidió esperar a la mañana siguiente para hablarle.

Cabaña

“Al día siguiente”, escribió en su informe a la Sociedad de Investigaciones Parapsicológicas de los Estados Unidos, “la vi sentada en la veranda y fui a hablar con ella. Conocí a su marido y les presenté al mío, y mantuvimos una agradable charla hasta que le dije que la había visto la noche anterior, aunque no le dirigí la palabra. Los Nash se miraron asombrados y dijeron que acababan de llegar en un autobús de turistas…”

La experiencia de los McCahen es rara no sólo por ser compartida, sino por haberse registrado sin el concurso de ningún tipo de presión emocional. La señora McCahen y la señora Nash apenas se conocían y hacia un año que no se veían. Ningún peligro amenazaba a ninguna de las dos, y el señor McCahen no había tenido la menor relación previa con la familia Nash.

Fuente

Martin Ebon, Prophecy in Our Time

#vision#precognicion

Comparte este artículo si te ha gustado